Se estima que la producción de unicel en México sea de 350 mil toneladas al año, de las cuales se recicla menos del 1%. El resto es confinado a los rellenos sanitarios, donde llega a ocupar el 15% del volumen.
Para crear unicel se requiere de estireno y pentano, el cual puede emitir clorofluorocarbonados a la atmósfera, que daña directamente la capa de ozono.
Es altamente contaminante, pues si se quema genera gases de ácido cianhídrico, los cuales son muy venenosos y además generan gases invernadero.